sábado, 19 de octubre de 2013

Galletas de gengibre, chocolate y almendras



Estas galletitas no son muy fotogénicas, pero prometo que son deliciosas!

Esta receta es mi adaptación de esta: here , de pastry studio.

La receta original está muy buena, pero hice algunos cambios en primer lugar porque algunos ingredientes no los encuentro acá, y además para experimentar un poco. Por ejemplo la mia tiene menos harina y mantequilla, y en vez de eso usa almendras molidas. ESto las hace un poquito más sanas, y les da un toque navideño. Y como no pude encontrar molasses en España, uso miel. Y como la miel es más dulce, un poco menos de azucar...

Además, el gengibre confitado lo hice yo misma en casa en vez de comprarlo. Es muy fácil. abajo explico cómo.




Primero, unas horas antes de empezar a hacer las galletas, o el dia anterior, se hace el jengibre confitado:
(Encontré la forma de hacerlo aquí: here 
pero no usé un termometro, ni cubrí los pedazos en más azúcar al final, porque después de todo solo quería hacer una cantidad pequeña para las galletas. Además yo herví el gengibre por menos tiempo, porque quería que mantenga su sabor picante un poquito más)


Ingredientes
aprox 50 gr gengibre fresco
media taza de azúcar
media taza de agua

1 1/2 taza harina
2 cucharaditas bicarbonato de sodio
2 cucharaditas gengibre en polvo
2 cucharaditas canela molida
1/2 cucharadita sal
una pizca de pimienta molida 
6 cucharadas mantequilla derretida
1 taza azúcar no refinada, cuanto más oscura mejor. (depende de qué consigas, lo mejor es una mezcla de azúcar rubia(en Perú le llaman rubia y en España morena!) y esa que es más oscura aún y un poco humeda y que venden en las tiendas de comida sana) pero si no consigues nada de esto, la blanca funciona también
1/4 taza miel
1 huevo
aprox una taza almendras
100 gr chocolate oscuro, de preferencia 80% - 95%, picado en pedacitos


Preparación

Pelar el gengibre y cortar en rodajas finitas. Poner en una ollita, cubrir con agua, y dejar que llegue a hervir


Bajar el fuego y dejar que hierva a fuego lento durante 10 minutos. Colar (el agua que queda puede ser un té de gengibre muy rico, sobre todo si tienes dolor de garganta, lo puedes tomar.)
Luego, con agua nueva, hervir otra vez durante 3 a 10 minutos, dependiendo de si quieres que retenga más sabor, o no. 

Ahora, descarta de nuevo el agua y pon el genginre en la olla con la media taza de agua  de azúcar. Sube el fuego, deja que hierva, y tapa la olla. Deja hervir como 1 minuto, luego retira del fuego.





Deja reposar por lo menos una hora, o hasta el día siguiente.

Saca los pedazos de gengibre y usa el sirope que queda para endulzar té, o limonada, o lo que se te ocurra. 


Cuando ya quieras hacer las galletas,


Poner a hervir un poco de agua y echar ahí las almendras.



Dejar que hiervan 1 minuto. Colarlas y echales agua fría. Ahora van a ser muy fáciles de pelar, simplemente apretar la cascara y saldrán volando.




Mientras tanto, pon a derretir la mantequilla y un pedazo pequeño del chocolate. Puede ser en una ollita a fuego lento, o en una taza en el microondas, por un minuto o menos.


Ahora viene la parte difícil, o no, dependiendo de qué implementos tengas a mano. Hay que moler las almendras. Se puede hacer con una licuadora, o una maquina de moler café, o una miniprimer. O incluso con una piedra redondeada, y un poco de paciencia. (Sí se puede, lo he intentado) o un mortero. 


Suele ayudar si se agrega ahí parte del azúcar y la mantequilla derretida.

Ahora, en un tazñon grande,  mezclar los ingredientes secos : La harina, el gengibre en polvo, el azúcar restante, la canela, la sal, la pimienta y el bicarbonato.



Agregar la meacla de almendras y mantequilla y el huevo y mezclar bien todo.


Prender el horno  e ir precalentandolo, a 170 C o si es a gas numero 5. 
En una lata de horno, poner papel manteca. Eso ayudará a que no se peguen. Formar montecitos en forma de galleta con una cuchara y las manos. 


Hornear durante 12 - 18 minutos. no preocuparse si parece que aún está muy blandas, se pondrán  más firmes cuando se enfríen. 

Sacar del horno y dejar que enfríen antes de sacar, guardar, o devorar. 

Provecho!



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